Una de las alegrías de penúltiMa es poder difundir el trabajo de autores tan jóvenes que aún no tienen publicado un libro propio, como es el caso del puertorriqueño Jean G. Burset Catinchi. Estamos, casi, de estreno.

 

Hereje
Astuta la hoja que abdica su rama
no la hoja diáfana y disciplinada –traspasada por cielo,
sino la resignada paciente, buscando voz propia
en sombra y subsuelo.

No la medrosa ante la paz simétrica y perfecta
del pinar y la piedra entorpecida por limo,
sino la callada oculta, esperando la bota
del cazador para ser relámpago y estruendo.

La hoja hereje, humilde; aflorando fugas
como obsequio o tumor fraternal
bajo el menor serpenteo de escamas.

 

Contraseña
¿Qué consigna extraña impide entrar al palacio
de ceniza? ¿Qué mano fría y adamantina levanta
el puente tan pronto me aproximo? ¿Quién
me condena a la brutal intemperie?
Desde lejos me detengo y miro la arquitectura barroca:
observo el vestíbulo iluminado por candelabros inmensos
y las amplias salas donde los huéspedes derraman vino
mientras bailan, cantan y arman súbitas trifulcas.
Imagino las escaleras conduciendo a galerías
ataviadas con esculturas, molduras y espejos cansados
de calcar rostros arrugados y compungidos;
los cuartos provistos de balcones, balaustradas
y vitrales donde la luz desfila dudosa y policromada.
Y prosigo mi marcha y recorro salones con aroma a mudanza
y jardines llenos de pérgolas ceñidas por amorosas enredaderas.
Y me imagino rodeado de fámulos, féminas y bufones;
feliz en tope de torres avistando colinas cetrinas
y bosques cercados por lagos plateados y serpenteantes,
rey de un olvido absoluto que no es calabozo
sino fortificación amplia e inexpugnable.

 

Erster Verlust
A menudo hurgabas tus dedos en la herida
para agitar marea y memoria.
Eras un dios situado en las alturas
contemplando el golpe como si fuera una poza
libre de erizos, aletas y botellas.
Desde tu morada sostenida por columnas firmes
jugabas con la altura y la potencia del oleaje
lleno de regocijo infantil, casi puro.
Mas hoy sentiste el roce de una sombra extraña
bajo el agua y te preguntas si algún animal
violento y opaco se esconde entre las algas.

Ya no sabes si la llaga es realmente llana
y te preguntas cuál es la diferencia entre
un laberinto y un mándala.

 

Seppuku
La espada
inerte

Su filo
gélido
como la empuñadura del otoño

El aluvión tinto
se desborda
gotea
salpica

roza
la seda
del silencio

aviva rumores
de acero

similares al gemido
arcano
que emiten los trenes
y pestillos

Sólo el samurái
hace de su cuerpo
un templo.

 

Cinco haikus
Aguardo el tren
Faros acercándose
Violín de rieles.

Gotas encima
del crisantemo blanco
Collar quebrado.

El abogado
ajusta su corbata
Horca sin vigas.

Ataúd ocupado,
no cabe ni un alma.
¡Hotel Lujoso!

Templo abierto.
Y el orfeón, ¿dónde?
Canción de viento.

 

Jean G. Burset Catinchi (San Juan, Puerto Rico, 1993). Colaborador para revistas internacionales de música como Adhoc (Nueva York) y Sound & Vision (México). Curador invitado de cine en el MAC. Publicado en OcultaLit, El Coloquio de Perros y en la revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña. En el 2016 fue incluido en Mundo Musgo (antología de autores jóvenes puertorriqueños).

Postulados es la sección que recoge los textos enviados de modo espontáneo por los lectores de penúltiMa y que han sido aprobados por el equipo de la revista para ser publicados.

La imagen que ilustra los poemas es de Anna P. Cabrera & Angel Albarrán, cuyo trabajo puede disfrutarse en su página web: http://en.albarrancabrera.com