Además de novelista y ensayista, columnista en diversos medios y lector, Damián Tabaorvsky es editor. Lo fue en Interzona, lo fue, fugazmente, en Siglo XXI Argentina y lo es ahora en Mardulce. Con la excusa de esa responsabilidad va a viajar en breve por Europa, para asistir al Liber y a la feria de Frankfurt y, también, para dar a conocer su catálogo en un encuentro público en la librería Tipos Infames de Madrid que contará con la presencia de varios autores de la editorial. Tras ser invitado a participar en penúltiMa nos remitió esta declaración de intenciones editoriales.
Editar es una forma subrepticia de opinar sobre el estado de la cultura y la literatura contemporánea. Porque Mardulce opera en la escena contemporánea, entendiendo lo contemporáneo como un espacio de discusión, una construcción, una línea de fuga, nunca como un hecho dado. Contemporáneo como un territorio de tensiones, de conflictos, de descubrimientos. Descubrimiento puede ser una primera novela de un autor aún no conocido, pero también un texto de más de 50, 70, o 100 años que todavía conserva su capacidad de hacer crujir al presente.
Nuestro lector ideal es aquel que logra experimentar, al mismo tiempo, una capacidad de goce hedonista con el texto, con una mirada absolutamente crítica ante el presente. No nos gusta el estado de las cosas, y la edición es también una forma de expresar ese malestar. Amamos los buenos libros, las sintaxis arriesgadas, los textos inclasificables, y la edición es también una forma de compartir ese amor.
En Mardulce cada uno de estos aspectos está detrás de la decisión de publicar un libro. Cada libro que publicamos cumple con todos esos requisitos. Publicamos autores jóvenes, autores consagrados y autores algo olvidados sobre los que vale la pena volver o conocer. Publicamos autores argentinos, del resto de América Latina y autores traducidos. Las traducciones representan casi el 50% de nuestro catálogo. Publicamos novelas y cuentos, ensayo literario y ensayo filosófico. Vivimos en Buenos Aires, pero nuestros libros también están en España. Publicamos allí, con ISBN español y distribución de UDL, una parte sustancial de nuestro catálogo, con el deseo de participar del mercado español.
No nos gusta la globalización, que lo vuelve todo homogéneo y que favorece siempre a las grandes corporaciones concentradas, incluidos los grupos editoriales. A la globalización la llamamos por su nombre: imperialismo. Pero tampoco nos gusta su contracara, el nacionalismo cerrado, chauvinista y antiintelectual. Nos gusta imaginarnos que Mardulce se inscribe en una tradición deseante, por venir, a inventar, a la que bien podríamos llamar “cosmopolitismo crítico”. Ni globalizados ni nacionalistas, abiertos, amplios, diversos, curiosos, pero siempre críticos ante los poderes de la época, aquí o allá.
El próximo lunes 2 de octubre a las 19 horas, en la librería madrileña Tipos Infames, que ha elegido a Mardulce como editorial destacada para el mes de octubre, tendrá lugar una conversación en la que, además del editor Damián Tabaorvsky, participarán varios autores de la casa: Ariana Harwicz, Diego Sasturain y Marcelo Carnero, y contará con la moderación de María Zorroaquín, que forma parte de la editorial también.
El miércoles 4 de octubre, dentro de la programación de Liber tendrá lugar el coloquio «Panorama de la industria editorial en España y en Argentina», donde Tatabrovsky dialogará con Constantino Bértolo bajo la moderación de Ana María Cabanellas. Tendrá lugar a las 16 horas en el recinto ferial de IFEMA, donde se desarrolla Liber.

Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967) ha publicado, entre otras, las novelas Coney Island, Fotos movidas, Las hernias, La expectativa, Autobiografía médica y Una belleza vulgar, así como los ensayos Literatura de izquierda y Escritos de un insomne. Su último libro publicado es la novela El amo bueno. Ha traducido varios libros y se ha desempeñado como editor tanto en Interzona como en Mardulce. Colabora de modo asiduo con varios medios argentinos y de otros países.
Publicar es una sección dedicada a unos actores fundamentales en el hecho literario: los editores. Ahora que las tecnologías digitales sirven de excusa para que los más abstrusos se atrevan a pronosticar el fin de la figura del editor toca recordar que su función es fundamental, ya que son los encargados de publicar (hacer público) un texto. El filtro necesario que suponen viene siendo atacado, precisamente, por los que menos saben del funcionamiento de un libro. Nadie se atrevería a cruzar por un puente diseñado por alguien sin un título de ingeniería o pasar por quirófano poniéndose en manos de un tornero-fresador. Ahora ya no sólo cualquiera puede ser autor, también editor, incluso de sí mismo. Por eso penúltiMa quiere dar voz y espacio a los que habitualmente quedan entre bambalinas: los editores.
La imagen que ilustra el texto es del fotógrafo Michele Palazzo, puede apreciarse su labor en su página web: http://www.streetfauna.com/
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