Esta maravilla de cuento se publicó en la revista Wakakusa en junio de 1939. Es uno de esos textos que uno lee con la sensación de estar transitando por algo conocido y que, pese a ello, logra trastocar por completo esa percepción con un cierre inesperado e inolvidable. Es, sin duda, uno de los más hermosos cuentos de Osamu Dazai, un autor que puede presumir de habernos legados unos cuentos relatos imperecederos. Esta traducción es  de Ryoko Shiba y Juan Fandiño, y fue publicada dentro del libro Colegiala (Impedimenta, 2013)