Existen muy pocas figuras que resulten tan seductoras por su libertad insobornable y auténtica como la de Jorge Di Paola, más conocido como «Dipi», escritor de un puñado de libros singulares y fascinantes, capaces de generar un modo propio de entender la escritura, y que además tenga una biografía tan sugerente, que termine por opacar su producción artística. Así fue dipi. Su presencia, marginal pero ubicua, en la literatura argentina desde que toma contacto con Gombrowicz, cuando es él quien reconoció por vez primera al autor polaco que se vio viviendo en Buenos Aires, hasta que falleció de modo prematuro (convendremos en que 67 años puede colocarle a uno fuera de la juventud, pero tampoco lo abocan a uno a la vejez), lo ha colocado como el nieto travieso, y acaso por eso más incuestionable, de Macedonio. Su concepción lúdica de los géneros, su falta de prejuicios y su voluntad premeditada de ignorar toda jerarquía le regalan al lector el placer constante de la sorpresa que lo aguarda al pasar cada página. La literatura de dipi era escurridiza y vital, efervescente y asombrosa, era el tipo de escritor que premia a los que no temen sumergirse en los terrenos desconocidos, es más, a los que quieren que el libro no responda para nada a las expectativas que sobre él tiene.
En este documental dirigido por Sergio Bellotti y producido por Eduardo Montes-Bradley, se acerca a la persona y al escritor, tan solo tres años antes de que falleciera, y sirve para conocer de primera mano al peculiar ser humano que fue dipi. Para los que son lectores de su obra será un motivo de alegría y de gozo encontrar esta hora de júbilo y cercanía, para los que no la conocen esperamos que sirva como acicate para que se lancen a conseguir sus libros. Aquí les dejamos esta hermosa cinta.
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