En una excelente entrevista publicada en la revista virtual Mogambo (acá tienen el enlace para poder leerla), Sergio Bizzio comentaba que, durante el confinamiento, más que a ninguna otra labor, se ha dedicado a la realización de collages, que han terminado por conformar una suerte de diario de la experiencia.
Copiamos, de modo íntegro, la respuesta de la entrevista donde habla de esto:
¿En qué estás trabajando por estos días?
En nada. Leo, escucho música, miro películas, recorto papelitos y hago collages, unos collages un tanto disparatados… El collage es algo de lo más curioso: no ocupa lugar, uno no se ensucia las manos, es baratísimo, los materiales son ajenos, cualquier cosa puede servir, es muy fácil volver atrás, uno puede combinar los recortes de muchas formas distintas y ver decenas de resultados posibles antes de decidirse a pegarlos, no produce angustia, es muy entretenido, y si sale mal no pasa nada. Yo hago uno por día. Es mi diario visual de la cuarentena.
El propio Bizzio nos comentó en un mail que le habían ofrecido desde distintos medios realizar uno de los muchos diarios de pandemia que han surgido a raíz de la experiencia. Pero él, con su habitual tino (esto lo decimos nosotros) se ha hurtado a la tentación narcisista de contar una experiencia que, o bien está legitimada públicamente por algo que nada tiene que ver con el contexto, ya que no terminamos de entender en qué se diferencia o qué cualifica a un escritor a hacer un diario frente a la experiencia de un frutero o un fisioterapeuta, o bien a la más absurda aún, aunque se conoce que esto no han sabido verlo las luminarias literarias que se han regodeado en ello, tentación de convertir sus mismas rutinas de siempre, quedarse en casa trabajando frente al procesador de textos, en algo distinto.
Nos alegra mucho poder ofrecerle a los lectores de penúltiMa una opción diferenciada, y creemos que más interesante, una selección de ese diario visual de cuarentena de Sergio Bizzio.
Sergio Bizzio nació en Villa Ramallo, provincia de Buenos Aires, en 1956. Escritor, dramaturgo, poeta y guionista, es autor de las novelas El divino convertible, Más allá del bien y lentamente, Planet, En esa época (Premio Emecé), Rabia (Premio Internacional de la Diversidad, España), Era el cielo, Realidad, Aiwa (Primer Premio Municipal de Novela), El escritor comido, Un amor para toda la vida, Borgestein, Mi vida en Huel, Diez días en Re, y de los libros de cuentos Chicos, En el bosque del sonambulismo sexual, Dos fantasías espaciales, La escultura y La pirámide. Varios de sus relatos y novelas fueron adaptados para el cine en la Argentina, Brasil, España y Francia. Ha sido traducido al inglés, francés, italiano, árabe, portugués, hebreo, búlgaro, holandés y alemán.
exactamente un individuo,
por Rubén J. Triguero
nueva columna de Martín Cerda
adelanto del nuevo libro de
Javier Payeras
Antología de cosas pasajeras
por Javier Payeras
de Henry David Thoreau,
leído por Rubén J. Triguero