Considerada una de las voces poéticas y académicas más influyentes de Puerto Rico, estos poemas provienen de dos colecciones, Chuvento o lengua secreta y La noche es otra luz, que serán publicados en este año por Bokhé editores.

 

¿Cómo ajustar el ojo de la selva?

Rotar el lente y escuchar mientras miras

ese sonido con que se calibra la visión

en la oficina de los oftalmólogos.

Las imágenes aparecen con más o menos énfasis

siempre rutilantes igual de impecables o borrosas

afirmándose en la inmediatez del técnico

que procura fijar contrastes, ajustar la precisión

apreciando los grados de incertidumbre entre uno y otro.

Así el contraste del verde contra la verja color marrón crema

color tierra o color púrpura o un ocre cantarín,

pedregoso quizá, quizá oloroso

a comida de perro junto a espigas que se disparan altas

como los robles que semejan selvas desde un cuarto cerrado

pudiera afirmar que el instrumento aquel con que se dispara

para decir, puntualizar, quemar, fijar, nada sea.

El mismo viento que agita al ojo agita la selva mientras se aleja

y se sonríe con un guiño de ojo irresistible

que no te deja ver más que a intermitencias sucesivas.

Los recursos naturales, invencibles, no sofocan

el entusiasmo con que mira. No se ve igual. Probablemente

sea invisible, y este rumor de letras no sea más que el tiempo

agitando el color o las ramas o el encuadre.

(De Chuvento)

 

Un cristal verde quizá rojo

También hoy agua y sombra.

Y el prado verde al frente

con su murmullo,

las sibilancias

del relato y el temor.

Y después la cascada

y la cuesta subiendo

y aquel sol tan intenso

encendiéndolo todo.

Dos días después

yo te veía en el sueño

desde abajo del agua

y me ahogaba.

Y cuando quise respirar

más hondo

me ahogaba más.

(De Chuvento)

 

Anábasis

No hay nadie.

Ya alguien lo dijo.

No hay nadie.

Díjolo quién.

Para quién.

El sujeto impone una ausencia,

la falta, el límite.

No se deja apostrofar.

(Cuando es silencio

más claro aún.

Klar silence.

Klar unde suspirat cor.)

Lo quien. Locar el alocar.

La locura no se atreve

a decir tú. Flota el tú

frota el tú.

Te froto con palabras

donde no hay nadie,

dijo alguien

para alguien.

(De La noche es otra luz)

 

 

Desparecido

Un pájaro pasó

entre ambos.

Entre el papel lijado

y la letra que se posa en el blancor.

Nada puede leerse en la fuga

del sentido.

Lo desparecido:

un punto el

fulgor apagado

que fue.

Algunos signos sobreviven:

impalpables   subjetivos

enardecidos por el ansia.

Sustraerse del sentido.

Sustraerse del papel.

La figura flota

segura no

más incierta que la nada.

Rezuma lo indecible

para quien

no quiere ver.

Más lejos que

más lejos

la aproximación

es un tanteo

de insensatez.

(De La noche es otra luz)

 

De “Ensamblaje del mismo deseo en tres fechas distantes»

II

Estoy mirando una película

donde dos desconocidos

se miran con cautela

y aún así se besan,

con mucho miedo.

Cada cual

gira sobre su memoria

Y parecería

que miran hacia adentro.

Aún no se ven.

Extender mano, brazo o prótesis

siempre es una temeridad,

Y qué se diga de pensar

un beso.

En esa cercanía se agitan

y nuevamente desprenderse,

quizá alejarse

signifiquen

una tregua,

un modo del sosiego.

La última vez nunca es la última

parecería decir yéndose.

Sólo un fragmento de eso

que estalla continuamente.

(de La noche es otra luz)

 

Aurea María Sotomayor

Aurea María Sotomayor es escritora y profesora universitaria en la Universidad de Pittsburgh. Estudió literatura comparada y latinoamericana en la Universidad de Puerto Rico y en Indiana University (Bloomington), se doctoró en Stanford University y posee un Juris Doctor de la UPR. Entre sus libros de poesía figuran Sitios de la memoria (1983), La gula de la tinta (1994), Rizoma (1998), Diseño del ala (2005), Cuerpo nuestro (2013) y Artes poéticas (2014). Ensayista, de crítica publica Hilo de Aracne (1995) y Femina Faber. Letras. Música, ley (2004). Ampliamente antologada, ha recibido reconocimientos del Pen Club, Instituto de Literatura, Instituto de Cultura Puertorriqueña y Ateneo Puertorriqueño. Es co-fundadora de las revistas culturales Posdata, Nómada y Hotel Abismo. Como antóloga tiene De lengua, razón y cuerpo (ICP, 1987) y Red de voces: poesía puertorriqueña contemporánea (La Habana). Traduce el libro de Walcott, The Bounty (La providencia) en Fragmento Imán en 2010 y edita un volumen crítico: Poéticas de José María Lima (2012).

Polisílabos es un espacio dedicado a compartir la mejor poesía que se está escribiendo hoy en castellano y, siempre que sea posible, inédita.

La imagen que ilustra los poemas es una de las conocidísimas instantáneas de Ansel Adams.