Alejandro Badillo continúa su labor de revisión de publicaciones que, por estar puestas en circulación por editoriales independientes de su país, México en este caso, corren el riesgo de no alcanzar un eco acorde con la calidad de sus propuestas, como sucede con esta novela publicada por Paraíso Perdido el año pasado.

 

El territorio agreste pero evocador de Sonora, en particular de Navojoa, sirve de contexto e hilo conductor a Cien caballos en el mar, libro de cuentos de Alfonso López Corral (Navojoa, 1979). En cada una de las seis piezas narrativas encontramos un compromiso por registrar el habla coloquial del norte del país, pero también por explorar el desierto, el mar y el calor.

La manera de encarar el cuento de López Corral es a través de la construcción de personajes y la elaboración de viñetas descriptivas, más que anécdotas que sean el centro de gravedad de la narración. A través de imágenes y de diálogos, las historias avanzan lentamente, cuidando, en todo momento, el detalle. El mejor cuento es el que le da nombre al libro. “Cien caballos en el mar” aborda con mucha sabiduría narrativa la indefinición por la que se interna un hombre que busca gatos para hacer un negocio. Como en las historias del norteamericano Cormac McCarthy parece que estamos en un tiempo sin tiempo, en un lugar ajeno a casi cualquier referencia. De esta forma sólo nos queda sondear en los diálogos, casi siempre parcos, de los personajes. Las escenas finales del cuento, apocalípticas y deslumbrantes, ahonda no sólo en lo que vemos en primera instancia sino en territorios oníricos que vale la pena recorrer una vez más. López Corral asume las voces de sus personajes como ecos y, por eso, no hay grandes discursos ni regodeos retóricos.

Otro cuento, de similar extensión a “Cien caballos en el mar” es “Poliomelitis”. En esta historia asistimos a las desventuras de Carolina y Josefa, su madre, en una colonia marginada. Carolina, apodada “La chata”, no puede caminar por la poliomelitis que sufrió cuando tenía cuatro años. A través de la voz de Carolina nos enteramos de sus frustraciones, sus deseos y de la compleja relación con su madre. En un medio que devora todo, hostil con los más débiles, las dos mujeres se enfocan en sobrevivir. Atada a la inmovilidad, Carolina se atiene a sus sueños y al don de la profecía que cree tener a través de ellos. Como los personajes de la película Los olvidados de Buñuel, el único escape es la imaginación que apenas puede alejarlos de la brutalidad diaria y de la que no pueden escapar.

Hay otra vertiente en los cuentos de López Corral: el realismo que sondea sus supuestos hasta las últimas consecuencias. Es el caso de cuentos como “La carretera del sur de Sonora”, en el que leemos la disyuntiva de un par de hombres antes de atravesar un retén militar entre Sinaloa y Sonora. Otro ejemplo es “Muerte constante más allá del honor”. Esta historia, basada en una crónica publicada por el periodista Héctor de Mauleón el 25 de enero de 2016, replica los hechos principales que llevaron a la captura definitiva de El Chapo Guzmán. En ambos cuentos, por la brevedad de su extensión, nos quedamos como cuando miramos una fotografía, una secuencia de hechos que no permite mucha introspección ni profundidad más allá de la técnica con la que está contada la historia. Esta apuesta no rinde lo suficiente en “Muerte constante más allá del honor”, porque se le da más importancia a una escueta reconstrucción de los hechos tal y como ocurrieron sacrificando una posibilidad narrativa que establece el autor: las vidas de los hombres y mujeres que enfrentan el complejo entramado del narcotráfico sin saber en quién confiar, incluso sus superiores, y con una amenaza constante pendiendo sobre sus cabezas. Quizás con un mayor desarrollo esta historia pudo haberse despegado un poco más de la crónica para perderse en los vericuetos de la condición humana.

Cien caballos en el mar es un buen ejemplo de la narrativa que se escribe en el norte del país. Es común en muchos autores que sus temas sean los que tienen a primera mano. Esta necesidad de narrar lo inmediato, lo que se conoce mejor, ha hecho despuntar a temáticas como la autoficción o las crónicas noveladas. Alfonso López Corral muestra una filiación a sus territorios y a los personajes que los habitan. Sin embargo, no se contenta con una radiografía costumbrista o testimonial. En cada una de sus historias hay una voluntad por interrogar, por meterse en los limbos que describe con descripciones parcas y, al mismo tiempo, minuciosas. Eso hace que Cien caballos en el mar sea un libro destinado a perdurar en la mente del lector.

 

Alejandro Badillo (Ciudad de México, 1977), es autor de los libros de cuento Ella sigue dormida (Tierra Adentro), La herrumbre y las huellas (Eeyc), Vidas volátiles (BUAP), Tolvaneras (SC Puebla), Crónicas de Liliput (BUAP), El clan de los estetas (Universidad Veracruzana. Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela) y las novelas La mujer de los macacos (Libros Magenta/ Secretaría de Cultura del DF) y Por una cabeza (Ficticia Editorial / Universidad Autónoma de Nayarit. Premio Nacional de Novela Breve Amado Nervo). Ha participado en publicaciones como Luvina de la Universidad de Guadalajara, GQ, Letras Libres y el suplemento “Confabulario” de El Universal. Colabora con cuentos y crítica literaria desde el año 2000 en la revista Crítica de la BUAP. Es exbecario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Todo texto es un Palimpsesto, pero más todavía los que versan sobre otras producciones culturales. Haciendo un leve homenaje a Genette, en Palimpsestos se recogerán los textos críticos. En penúltiMa la crítica es meditación y diálogo. Los textos que pasan a entretejerse con aquellos de los que hablan.