Las relaciones entre Adriana Calcanhotto y la literatura son evidentes para todos los que alguna vez se han acercado a su música. No solo porque ha musicado muchos poemas de grandes de la literatura brasileña, lo que ha estado a punto de crearle algún problema a cuenta de los herederos de dichos poetas, sino porque en cada una de sus melodías puede apreciarse la importancia que le da a cada verso de sus canciones, y de las ajenas. Calcanhotto rebasó, como otros grandes de la música brasileña, hace mucho tiempo el coto de lo musical. Como Caetano Veloso, como Chico Buarque, su influencia en multidisciplinar, y, aunque sigue siendo ante todo cantante y compositora, su creatividad se extiende más allá de las líneas del pentagrama.
Este pasado mes de marzo, Adriana Calcanhotto tenía previsto viajar a Portugal para regresar a Coimbra, la universidad donde da clases, pero estalló la pandemia y la cantautora carioca se quedó en casa. Su anterior disco fue fruto de siete años de trabajo y apareció el año pasado, casi a la vez que un disco homenaje en el que casi todas las nuevas voces de la Música Popular Brasileira (MPB) hacían versiones de temas suyos. Pero, al verse encerrada en casa, sola como reza el título del disco, se vio impelida a componer. Todas las mañanas, antes de la comida, componía una canción. «Como si tuviese la misión de hacer pan todos los días, pero no sé hacer pan, sé hacer canciones». Y así, en apenas once días tenía treinta minutos de música.
Y comenzó a grabarla. En 43 días, entre el 27 de marzo y el 8 de mayo, compuso, grabó y mezcló las canciones del disco, que este pasado viernes se ha hecho público. Para la producción se puso en contacto con Arthur Nogueira, que escuchó las canciones con la voz de Adriana Calcanhotto, unas bases báasicas hechas por ella y los acordes de las canciones. Las repasó, hizo retoques y con las directrices aunadas se pusieron en contacto con los músicos que hicieron la grabación de sus respectivos instrumentos en sus domicilio, aislados. Finalmente, con las pistas de todos los músicos se realizó la mezcla final. Mes y medio, seis semanas = Un disco.
No solo eso, además se ha permitido el lujo de hacer un videoclip, un clipón como dice el original, de cuarentena, donde canta todas las canciones del disco. Dirigido por Murilo Alvesso, es lo que aquí ofrecemos, tal y como la artista lo ha colgado en su canal de YouTube. Por cierto, para los que no lo conozcan, acérquense a él, está lleno de delicias.
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