A las nuevas voces que surgen de los entornos poéticos les cuesta por lo general ganar visibilidad en medio del creciente desinterés que genera la poesía, violentada por prácticas que en lugar de recurrir a sus esencias prefieren valerse de sus características más epidérmicas para lograr un barniz de intelectualismo o sentimiento del que carecen. Es una alegría por eso para penúltiMa seguir publicando a un poeta que remitió de modo espontáneo sus textos a este foro: Aldo Vicencio.
Dios alterno
No tuve nada contemplado,
solo dejé de apretarme los dedos
Una respiración desconocida escapó al separarlos
Había una señal húmeda en el piso,
un rasguño de escoba que dibujó olas de suciedad
Era un andar pesado
El aire no soplaba:
me diluí seco en las escaleras
Supe entonces que el cuerpo no era definitivo
El Sol se reclinó
y brilló en mi carne abierta
Aldo Vicencio (Ciudad de México, 1991) Poeta y ensayista, estudió la Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es autor de Piel Quemada: Vicisitudes de lo Sensible (Casa Editorial Abismos, 2017), del videolibro Anatolle. Danza fractal (El Ojo Ediciones, 2018) y recientemente, de P Ú L S A R (Ediciones Camelot América, 2019). Su obra ha aparecido en diferentes publicaciones iberoamericanas, como Punto en Línea de la UNAM y Carruaje de Pájaros (México); Digo.palabra.txt (Venezuela), Enfermaria 6 (Portugal), Revista Antagónica (Costa Rica), La Ubre Amarga (Bolivia) penúltiMa y Oculta Lit (España), entre otras. Ha sido incluido en las antologías Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana (Lord Byron Ediciones, 2016) y Nido de Poesía (LibrObjeto Editorial, 2018).
Polisílabos es un espacio dedicado a compartir la mejor poesía que se está escribiendo hoy en castellano y, siempre que sea posible, inédita.
La fotografía que ilustra el poema es del fotógrafo brasileño José Medeiros.
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por Rubén J. Triguero
nueva columna de Martín Cerda
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Antología de cosas pasajeras
por Javier Payeras
de Henry David Thoreau,
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