Pertenecientes a un proyecto en marcha, el pormario Ex-Clavo, que ilustrará Ricardo Ranz, estos poemas nos devuelven a Álvaro Hernando como poeta tras su estreno como narrador en esta misma revista hace unos meses.

 

Unicornio de Troya

Guardo mis raíces dentro,
donde nadie puede esperarlas.
Bien dentro, entre la madera,
del Unicornio de Troya.

Nadie espera de este árbol
que aguante la hoguera
o la memoria.

Algún día,
ebrio de olvido dormirás
y liberaré mis raíces
enmarañándolas a tu celebración.
Recordándote que el cuello de la esperanza
también se corta.

Abandonado

El perro abandonado vigila.
Vigila su hambre,
vigila su ausencia
mordisquea sus propias patas castigándose.

¿Qué habré hecho?
¿Qué habré hecho?
– tensa su cadena rota, invisible –
Y mastica el miedo, tan vacío.

No ladra, reposa su cabeza en la mugre,
llena de garrapatas henchidas de recuerdos
que le roban la conciencia de estar vivo
y sigue, mordisqueando, su sombra esquelética.

Y yo me pregunto qué padres se montan
para dar a luz al bastardo
que nos roba el brillo
de los ojos de ese perro

                                                que allí espera, abandonado.

 

Ladran

Los ladridos, los ladridos, los ladridos
resuenan, de perros torturados,
en mi cabeza, en mi estómago revuelto.

Los ladridos, los ladridos
y los mordiscos en sus cuerpos
y los gusanos que los comen.

Son tantos los ladridos que se comen el eco.

Nadie los mira, nadie los oye, nadie les da cuentos
ni poemas, a ellos,
los perros sin carne, sólo hueso
y ladrido.

 

Los perros que pelean

Músculos inflados bajo la piel parda,
se retuercen unos pitbulls,
enfurecidos, el uno contra el otro
haciendo estallar los collares estrellados.

Cansados de compartir el mismo patio
las tablas de la cerca se les antojan
insuficientes, disputables, indivisibles al reparto;
el pasto quemado de orines, jardín calvo.

Se muerden, desgarran, sajan,
ojos desorbitados, carnes abiertas,
sangre en el herbaje. Malas bestias
impedidas -¿cómo podrían?- para el llanto.

Competencia por el hueco, por la carne, por la hembra, por la cerca, por el amo.

Ayer los volví a ver, en la plaza,
su músculos disimulados bajo el traje
la dentadura enmascarada en almidón y corbata
la sangre destellando en los relojes de lujo.

Se muerden, desgarran, estrangulan,
ojos desorbitados y manos abiertas
disputándose el prestigio, el dinero, el espacio
el llegar primero, más rico, más grande, más tiempo.

Competencia por el perro, por la casa, por el coche, por el suelo, por el banco.

Peleas de perros, rodeados de orín,
y de sangre, y de pasto quemado y blanco.

Álvaro Hernando (Madrid, 1971), vive en Illinois desde 2013 trabajando como maestro de primaria. Ha realizado diversas colaboraciones y trabajos en conjunto donde se privilegia el intercambio de ideas entre creadores. En 2016 publicó su primer libro de poemas, Mantras para bailar, en la editorial de Chicago Pandora Lobo Press.

Polisílabos es un espacio dedicado a compartir la mejor poesía que se está escribiendo hoy en castellano y, siempre que sea posible, inédita.

La imagen que ilustra los poemas es del ilustrador Casey Weldon, su trabajo puede ser disfrutado, y adquirido, en su página web: http://caseyweldon.com/