Pertenecientes a un proyecto en construcción titulado de modo provisional Códex corpus, estos poemas de la boliviana Paula Senseve sirven como botón de muestra de su lírica, entregada a la exploración del cuerpo y sus materiales, como terreno donde tienen lugar todos los hechos que afectan al individuo: la materialidad insoslayable de la vida.

1

me puse los lentes porque quería ver un poema

 ver si encontraba el aro que perdí en la cama
ver si podía contar las arrugas en el rostro de mi abuela                                                            

                                                                   quería
mirarme al espejo con la boca abierta
y mapear mis caries
parame sobre la pesa
llegar a distinguir los números a 1.63 de altura
y por fin sentir el peso

                                                        pero no pude
me puse las prótesis
y en lugar de lupas
tenía unos espejos invertidos

de modo que al transcurrir el día
mamá se miró en mí
contó sus arrugas
y calculó que a mi abuela le faltaba muy poco para morir

2

escribo un poemma
pensando que debe venir de dentro
debajo de la piel
como el dolor, el pus, el sudor
como la esencia misma de cada minuto
en el que vamos muriendo
mutando a dios o a espejo
-o a poemma-
en el que otros se miran
mientras también
escriben
o emprenden
largos
viajes
migratorios

3

vengo a casa
al cuerpo de mi abuela
que levita sobre sábanas suaves

parece que el techo es lo único que impide
que pase algo

 algo que solo ella quiere

me pide que le pinte las uñas que
le depile las cejas dice
que siempre es mejor una vieja arreglada
que una vieja desarreglada

lo hago y de repente
su cuerpo liviano

adquiere peso

4

ese poema que leí
(tocar las cicatrices de un poema)
y que no quiero entender
(leer entre las líneas de un cuerpo)
es como mi cuerpo

me pregunto si funcionarán
estos rituales de sanación de la palabra
que nos inventamos                                mientras
se nos caen jirones de piel
como pergaminos escritos

me pregunto si funcionará
jugar a los poemitas                               mientras
el universo explosiona
cada vez que el cuerpo se fractura

tal vez existen millones de páginas – escritas-
o de cuerpos visitados que se mueren como decir – palabra-
y ni un ápice de verdad

5

el cuerpo de mi madre
es como un mapa vivo mutante
de mi anatomía

los dedos de sus lindos pies
son todo lo que no soy
su nuca recta su espalda lisa

cuando pienso en mi madre
siempre dejo de respirar por unos segundos
para asegurarme de que todo esto que tengo
me pertenece de verdad
que no es un simulacro
ni un préstamo
ni un favor
ni una tragedia

6

hay partes de mi cuerpo que
no me he atrevido a tocar
que no he visto
que no he calibrado en el espacio
ni en el tiempo

partes de mi cuerpo que no consigo
que se llamen Paola
partes que por ende,
no existen
no se pueden quebrantar
no se moretean
no envejecen
partes donde la vergüenza ha escrito un código
imposible de franquear

quizá si muero
en mi cuerpo ya no sobre nada
sin respiración
el código no se sostiene

Paula Senseve

Paola R. Senseve T. (Cochabamba, 1987) ha publicado Vaginario (2008, La Hoguera), ganador del II Premio Nacional de Escritores Nóveles de la Cámara del Libro y Petrobrás; Soy dios (2011, La Hoguera), ganador del Premio Nacional de Literatura Santa Cruz de la Sierra; y Ego (2014, Ediciones Liliputienses, España).

Polisílabos es un espacio dedicado a compartir la mejor poesía que se está escribiendo hoy en castellano y, siempre que sea posible, inédita.