Dentro de la colección que tiene dedicada a las voces femeninas la editorial La Palma acaba de aparecer el nuevo poemario de la argentina radicada en España Viviana Paletta, donde continúa indagando en la realidad que oculta lo sensible.

 

Me apresuro
por el estrecho camino
que deja al descubierto
la playa del iceberg.

 

 

Un vacío que rodea a la figura
su islote
en el racimo de tiempo
en el enjambre de las horas.

 

 

Rudimentos de voz

trazos de aroma

al calor único

de un rostro que se inclina:

lee del suelo

como de un terrón.

[Todo es mesura en el hablar de los muertos.]

No acontece. Ni ciudad nocturna, ni el desierto

del autoconocimiento.

Solo retornan las aves migratorias. No las exiliadas

y su remolino alado.

 

 

Percutido el sabor
se desmemoria
se desmigaja
piano sordo en un muro de contención.

 

 

Lluvia y preñez.
Un revoloteo que huye
y su estela rasgada de agua.

 

 

¿Arde el fin?
Hendidura.
No hay cenizas en los adoquines.
Ni en la cruz.

 

Así el teatro.

Resumen del viento

y la plegaria.

Con su cansancio y su careta fofa

como pisoteada en la nieve.

 

 

El objeto reposa en su margen lívido

de ciudad que se construye y se desarma y se levanta y se desmonta y se eleva y se transforma y se hunde sin fin

denodadamente.

 

 

Yo nievo.

Ella nieva.

La niña que gira su voz en la esquina

y la esquirla de un reflejo la enceguece

por un instante.

Atisba la inseguridad, el brío, un malecón, calles que se arraciman

y se desvanecen.

 

 

Yo: esta inclinación

y esta caída. Un escalón y otro

que baja cuando sube.

Una sala. El patio.

Pasillos. Una azotea candente.

La larga tormenta que se desmigaja.

 

 

Guarda el decoro

y la barbarie

en su eslabón de carne

desconcertada

tan audaz como incompleta

al clausurar un olor

el nítido esqueleto del asombro

que descoyuntó el azar

bajo el río sin cauce del cielo.

 

 

Encarnizada para ser vencida.
Sobornada. Registrada. Archivada.
Roto el segundo pie.
La segunda mirada.

 

 

El porvenir se cuela por la brecha del entendimiento.

Extraviado en el hueco del amor. De estas ciudades

que se apagan de una en una, de dos en dos.

Arrodillamos la dentadura a su vera.

 

 

La patria de todo escritor es la selva espesa de lo real.
Juan José Saer

La selva de todo escritor es la real patria espesa.
Todo escritor espeso es la selva de la patria real.
La patria toda es la espesa selva del escritor real.

 

Viviana Paletta. Poeta y editora, reside en Madrid desde 1991. En 1986 recibió el primer premio de Poesía en el I Certamen Literario para la Mujer Argentina y, en 1989, fue seleccionada en cuento y poesía en la Primera Bienal de Arte Joven de Argentina. Es autora de El patrimonio del aire (2003), Las naciones hechizadas (2010 y 2017) y Arquitecturas fugaces (2018). Su obra está incluida en las antologías: VV.AA., Estruendomudo (2003); Rodrigo Galarza, Los poetas interiores (una muestra de la nueva poesía argentina) (2006); Noni Benegas, Poemas y poetas argentinos (2013) y Marina Llorente, Activism Through Poetry: Critical Spanish Poetry in Translation (2017). Sus relatos aparecen en: Guillermo Samperio, Di algo para romper este silencio (2005); Cecilia Eudave y Salvador Luis, Antología de seres de la noche (2006) y El arca (2007); Clara Obligado, Por favor, sea breve 2 (2009); José J. Donayre y David Roas, 201 (2013). Ha editado y prologado Cuentos completos de Rodolfo Walsh (2010) y Los peligros de Paulina y otros cuentos selectos de Salvador Garmendia (2015).

Polisílabos es un espacio dedicado a compartir la mejor poesía que se está escribiendo hoy en castellano y, siempre que sea posible, inédita.

La fotografía que ilustra los poemas es obra del fotógrafo malgache Dany Be, su obra puede apreciarse en su página web: http://sarydanybe.wixsite.com/portfolio-danybe/danybe